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¿Qué son los problemas Psicológicos en la Infancia y Adolescencia?

La infancia y la adolescencia son las etapas de la vida donde se viven los momentos más significativos del desarrollo. Es un periodo en el que hay continuos cambios y aprendizajes que irán definiendo la personalidad y competencias del menor. En estas etapas evolutivas aparecen continuamente nuevos desafíos y dificultades a los que tienen que enfrentarse.

Los problemas psicológicos infanto-juveniles comienzan a manifestarse cuando no saben cómo gestionar las nuevas situaciones que les surgen en su vida diaria y se sienten desbordados, lo que puede terminar afectando e interfiriendo en alguno o en todos sus ámbitos (familiar, social, escolar o personal).

¿Cuáles pueden ser los problemas infanto-juveniles?

Problemas del aprendizaje y adaptación escolar :

“No sabe organizarse”, “no apunta nunca los deberes y luego no sabe qué tiene que hacer”, “suspende todo”, “no quiere estudiar ni hacer las tareas”, “no quiere ir al cole” …

Ansiedad, miedos y fobias:

“Es muy miedoso”, “no quiere estar con gente que no sean sus padres”, “le da miedo hablar con otros niños en el parque o en el cole”, “no quiere ir a eventos con niños de su edad” …

Problemas de sueño:

“No duerme solo”, “tiene pesadillas”, “duerme muy poco” …

Problemas emocionales:

“Lo están acosando”, “no supera la muerte de una figura cercana”, “desde que nos separamos no es el mismo” …

Problemas de alimentación:

“Tarda mucho en comer”, “no quiere comer”, “no le gusta nada”, “vomita la comida” …

Problemas de conducta:

“Tiene muchas rabietas”, “no respeta los límites”, “pega, insulta o agrede a adultos o iguales”, “se enfada muy rápido” …

Problemas de control de esfínteres:

“Todavía se hace pis en la cama”, “no controla la caca y el resto de los niños de su edad sí”, “se hace pis durante el día” …

TDAH (Trastorno por déficit de atención con Hiperactividad), TDA (Trastorno por Déficit de Atención):

Nunca se está quieto”, “no piensa antes de hablar”, “no atiende a las indicaciones que le dan los adultos”, “no termina ninguna actividad” …

Problemas del lenguaje:

“Le cuesta mucho hablar fuera de casa”, “no habla como el resto de los niños de su edad”, “no pronuncia bien algunas palabras”, “le cuesta expresarse” …

“Es muy miedoso”, “no quiere estar con gente que no sean sus padres”, “le da miedo hablar con otros niños en el parque o en el cole”, “no quiere ir a eventos con niños de su edad” …

Problemas del estado de ánimo:

“Está muy triste y desanimado”, “no tiene ilusión por nada”, “no sale de casa”,” se enfada por todo”, “está muy irritable”, “tiene muy baja autoestima” …

Trastorno de alimentación:

“Vomita después de comer”, “ha perdido mucho peso”, “se da atracones” …

Problemas por déficit de atención:

“No se concentra”, “se distrae con todo”, “no estudia”, “se aburre en el colegio”, “se esfuerza, pero aun así suspende” …

Problemas de ansiedad:

“Se agobia mucho”, “tiene ataques de ansiedad”, “tiene miedo a hablar con sus iguales”, “se pone muy nervioso con los exámenes”, “se preocupa mucho por todo”, “tiene cambios de humor” …

Problemas de adicción:

“Abusa del alcohol”, “fuma porros”, “es adicto a los videojuegos”, “hace un mal uso de las redes sociales” …

Problemas de conducta:

“Es muy impulsivo”, “agrede”, “grita”, “pega”, “miente mucho”, “no respeta las normas de los adultos”, “desafía continuamente”

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¿Desde qué enfoque trabajamos?

Nuestro trabajo con los menores se hace desde el enfoque cognitivo-conductual, tratamiento basado en la evidencia que ha demostrado ser el más útil y eficaz en la mayoría de los casos.

Partiendo de la etapa evolutiva en la que se encuentra el menor, se distinguen los comportamientos que son normativos de su etapa de desarrollo de los que no lo son y se identifican los comportamientos que pueden estar interfiriendo en su buen funcionamiento.

Desde el respeto y el afecto se ayuda al niño o adolescente a entender qué le está ocurriendo, incorporando al tratamiento a las figuras significativas del menor, así como en los casos que sea necesario, a los profesores, educadores o familiares que participen en los procesos de educación del niño/adolescente.

Las intervenciones se hacen de forma respetuosa, adecuadas a la edad y características del menor y de manera individualizada, proporcionándoles un espacio seguro de aceptación y confianza en el que trabajar sus dificultades, así como potenciar sus recursos personales.

¿Qué procedimiento de intervención seguimos?

En Mind seguimos rigurosamente el código deontológico que dicta nuestro organismo regulador, el Colegio Oficial de Psicólogos.

Para realizar la intervención, en MindGroup utilizamos una metodología de trabajo que se desarrolla a lo largo de 4 fases:

1. Evaluación

  • Cuyo objetivo es obtener información acerca de la demanda que presentan los padres (o figuras significativas) y/o el menor.
  • Se exploran qué variables (cognitivas, conductuales, físicas y/o emocionales) pudieron originar el problema inicialmente y cuáles están manteniéndolo en la actualidad. Esta información se recoge a través de entrevista clínica a los padres y al menor y mediante el uso de instrumentos de evaluación de carácter científico.

2. Diagnóstico, Modelo Explicativo y Devolución de Información:

  • El objetivo de aquí es que la familia entienda qué es lo que está ocurriendo y porqué. Para ello, el terapeuta presentará los resultados obtenidos de la evaluación, además de un modelo explicativo sobre el problema en el que quedan reflejadas las variables implicadas en el mismo. Dependiendo el caso, la devolución se hará a todos los miembros de la familia o de forma individual, según tenga más beneficios para el trabajo con el menor.

3. Objetivos y Programación de la Intervención:

  • Tras comprender los resultados y el modelo explicativo, se consensuan los objetivos que se van a establecer en la intervención y se propone un plan de tratamiento para alcanzarlos.
  • Este plan de tratamiento es personalizado y muestra tanto las técnicas psicológicas que se van a utilizar como la duración que se estima para su aprendizaje o adquisición.
  • Se decide aquí qué técnicas se van a utilizar de entre aquéllas que hayan mostrado mayores evidencias científicas de ser efectivas teniendo presente las características personales del menor y la etapa evolutiva en la que se encuentra.
  • En este punto, el terapeuta entrega a la persona un documento escrito de “Devolución de información” que contiene toda la información relevante respecto a la evaluación, modelo explicativo, objetivos y plan de tratamiento. Esta fase del proceso se hará a los generalmente a los padres por un lado y por otro al niño o adolescente, adaptando la devolución a las características propias de su edad y con un lenguaje adecuado a su momento evolutivo en el que se encuentre.

4. Tratamiento:

  • Se ponen en marcha las técnicas y estrategias elegidas en la fase anterior siguiendo el plan de tratamiento. Aquí, la familia trabaja activamente en su problema, no sólo durante las sesiones clínicas, sino también llevando lo aprendido a su día a día, siempre con la guía y ayuda del terapeuta, mediante tareas para casa.
  • Una vez que el menor se acerca con éxito a sus objetivos se procede a realizar la evaluación post-tratamiento. Utilizando instrumentos similares a los ya usados en la evaluación inicial, se analiza la efectividad de la intervención y la consecución de los objetivos iniciales.
  • En este punto, cada familia recibe un documento de “Evaluación pre-postratamiento” que contiene toda la información relevante respecto a los resultados de la intervención. A partir de aquí, comienza un proceso de seguimiento. Uno de los objetivos en este punto es reducir la posibilidad de recaídas. Las sesiones se distancian en el tiempo y son dedicadas a revisar los logros alcanzados, a consolidar los cambios para que se mantengan en el tiempo y a prevenir posibles recaídas.

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